Desde principios de los años 40, muchas series de acción se dejaron imbuir del espíritu de la segunda Guerra Mundial, de tal forma que nuevos superhéroes estadounidenses como Capitán América y La Mujer Maravilla, ambos de 1941, presentaban nombres o uniformes relacionados con sus símbolos nacionales, además de enfrentarse a los enemigos del país. También en Japón surgieron historietas bélicas como Norakuro (1931-41) de Suihou Tagawa. Esto les permitió lograr un gran éxito comercial, pero también causaría el cierre de la mayoría de sus títulos al finalizar la guerra.
Imagen de uno de los primeros cómics del capitan américa, 1941 |
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